miércoles, 11 de marzo de 2015

Ética normativa

Hay dos tipos de leyes: aquellas que quieren hacen más ricos a los ricos y aquellas que hacen menos pobres a los pobres.
Al igual que las leyes y los economistas solo miran hacia un objetivo, que es la riqueza y el crecimiento económico, así la sociedad debería mirar cómo luchar contra la lacra del sistema capitalista. La desigualdad sigue creciendo, y no solo la de España con respecto a otros países, sino que, entre los propios españoles, la brecha entre ricos y pobres sigue en aumento.
Por lo tanto, el cambio no debe consistir  solo en ofrecer caras nuevas, sino  proyectos nuevos y encaminados hacia una transformación real de la sociedad.
Hay propuestas que se deberían incorporar en todos los partidos políticos que quieran esa transformación.  Según mi criterio, son las siguientes:
1. Prohibir a los bancos especular por cuenta propia para evitar la propagación de las burbujas y cracks.
2. Reducir la liquidez y la especulación mediante el control de los movimientos de capitales.
3. Limitar las transacciones financieras a aquellas que respondan a necesidades de la economía real.
4. Aumentar de forma muy notable la fiscalidad a las rentas muy altas para desalentar la búsqueda de rendimientos insostenibles.
5. Desarrollar una política de crédito público a las empresas, para reducir su dependencia respecto de los mercados financieros.
6. Hacer transparente la deuda pública, desvelando su origen y la identidad de los principales poseedores.
7. Sancionar a todos los bancos de España que tengan participaciones o hayan especulado con bancos en paraísos fiscales.
8. Incrementar el gasto en educación, investigación y ecología para crear condiciones de sostenibilidad y descenso del paro.
Podría seguir enumerando muchas más medidas que, al menos a mí, me gustaría ver en los programas electorales. Pero será difícil- dirán ellos- llevarlo a la práctica, ya que los poderes fácticos, que todos sabemos quiénes son, nos lo van a poner muy complicado.
Estamos en una sociedad donde mis hijos no tienen los mismos derechos ni oportunidades que los hijos de los más ricos. Me explico con un ejemplo fácil de entender: si los hospitales  fueran todos privados, con gestión y economía privada,  ¿alguien me puede decir de quiénes serían los hijos o familiares que  entrarían a trabajar en esos hospitales? Por supuesto que serían los hijos del director o directivos de esos centros.
Además, mi hijo, por ejemplo, por ser de padres trabajadores,  tendría muy difícil ser médico, ya que no hay casi becas y, si no fuera muy bien en la carrera, no le podríamos pagar profesores o academias privadas para poder mejorar su rendimiento.
Los más adinerados pueden permitirse prestarles ese apoyo a sus hijos y también que tarden más años en terminar la carrera, ya que tienen el puesto asegurado y no tienen penurias económicas. Así que mi hijo solo tendría la oportunidad de ser médico en un hospital público, a no ser que algún amigo lo pudiera enchufar en el privado. Pero creo que nadie quiere una sociedad donde el enchufismo sea la forma de encontrar trabajo. ¿O sí?
Y recuerda: todo lo que hemos dicho es subjetivo, al igual que tu pensamiento también lo es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario